La cosa empezó como un intento (el numero 3000) de perder peso. Como siempre hice dietas que no servían para nada porque nunca las mantenía, decidí que este año haría algo que nunca había hecho, a ver si obtenía resultados distintos; empecé a hacer ejercicio, cosa que jamas hice ni por equivocación...decirme que corriera era lo mismo que invitarme al suicidio. Bueno pues, contra todo pronostico, empece a ir al parque, me inscribí en un grupo de actividad física (bien farandulero) llamado PuraEnergia y me encantó, por lo menos me mantuve animada mas de una semana y eso ya era un logro, considerando que debía levantarme a las 5 de la mañana.
Pues en medio de esta nueva vida, mi entrenador se atreve a invitarme a caminar, por fuera (sin estar inscrita) la MediaMaraton... y yo la verdad no daba crédito a lo que oía, cómo podía ocurrírsele que yo (la misma que solo ha subido al avila dos veces en su vida, renegando de ese pobre cerro... la misma que pasó con 10 educación física la mitad de su bachillerato, la misma que entiende como "ejercicio" caminar 3 cuadras de su casa al trabajo, la misma que no pudo seguirle el ritmo a los fotógrafos en el delta y se cayó 5 veces, esta misma) bueno pues él creía en mi, mas que yo misma.. y me dijo: si te cansas te detienes, no es obligatorio, vive la experiencia, a tu ritmo. Esa última frase me daba vueltas en la cabeza, a mi ritmo, descubrir mi ritmo, respetarlo y entenderlo era el aprendizaje de ese domingo 24 de febrero.
Y llegaron las 5 de la mañana, mi primera carrera y era una larga, esa energía de gente todos con sus metas personales muy claras, ver el amanecer con un arco delante, se activaban los relojes, se acomodaban los zapatos y se estiraban los músculos. Mi meta: no morir en el intento y ver "hasta cuanto aguanto", nada del otro mundo. Fui tomando fotos en todo el recorrido.
Empezamos en los Caobos e íbamos de últimas, se veía solo la espalda de la gente, pero me mantuve a un paso firme y con una compañera de caminata que tenia las mismas expectativas atléticas que yo, asi que fue una compañía muy solidaria.
Los primeros kilómetros fueron hacia el centro de caracas, la av Bolivar, El Calvario y la Av San Martin. Una cosa que me cautivó desde el principio fue la cantidad de gente que ví aupando a los corredores, a esa hora eran como las 6:30 am y habia gente dandonos animos y batiendo cosas en las manos para que no decayeramos. de verdad Gracias.
Empecé a ver lugares que solo había visto en carro o en metro, por ejemplo la bellísima iglesia que nunca recuerdo como se llama en la Av San Martin, queda pendiente venir un día menos cansada.
Y asi, para mi sorpresa llegué al Paraíso, uno de esos lugares que para mí son lejisimos. Ver la redoma de la India, y la av Paez, marcó un punto de no retorno, allí (lejísimo) haba llegado y no me podía devolver. Me encantó pasar el primer tercio de la competencia, y ahora es que venia lo bueno.
Luego vinieron momentos duros, empezó a irse la gente que venia caminando con nosotras y a aparecer los que iniciaron trotando y bajaron el ritmo hasta que los alcanzamos... en ese momento terminaba la avenida y empezaba el barrio, la cota 905 y la subida espeluznante de la Roca Tarpeya.
Después de la larga y soleada Av. Victoria y así con ese paso lento llegamos a los Chaguaramos, Los Símbolos y el Km 14 nos vió... supuestamente yo solo llegaría al segundo tercio, pero tenía fuerzas estaba animada, sentía que podía. En ese momento nos había pasado la ambulancia y los últimos caminantes inscritos, ya los chicos con los banderines y agua empezaban a recoger.
De ahi vinieron los largos, últimos 7 kms, la ver el 16 sentí que podía hacerlo, estaba cerca de los Próceres, ya estaba muy cerca de la UCV, era mi zona conocida, muchas veces la caminé mientras estudiaba. Allí necesité chocolates, frutas, las piernas no me daban pero pasó algo curioso: no me podía detener, sentía que si caminaba mas lento y me paraba me iba a caer. Así que, como la vida misma, si me detengo me caigo, debo seguir adelante al mismo ritmo.
En los siguientes metros nos encontramos con la mente, esa que unos metros antes me decía que sí podía, esta vez me decía : es muy difícil, vas de ultima, no vas a poder... Me voltee y le dije al señor de la ambulancia, al cual veía muy cerca detrás de mi, que se fuera que nos pasara que no valía la pena que nos esperara, y él me dijo: tranquila yo no estoy apurado, las espero. Cuando lo recuerdo, me parece un símbolo de la poca confianza que tenia de poder terminar.
Al pasar frente a la UCV, mi amiga y compañera de caminata casi se desvanece, ella no podía dar un paso mas y yo la levantaba y le pedia que no me dejara sola, que faltaba poco. Y empecé a animarla, y como en la vida mia, ayudar me ayudó. Al estar con ella animándola y manteniendola enfocada me resurgieron las fuerzas y la confianza. Le decía a ella que sí podia y me lo decía a mi misma.
Cuando vimos La Previsora hubo una inyección de adrenalina, aderezada por los corredores de 42 km que venia ya de regreso y que nos encontramos en ese tramo. Verlos llegar corriendo y felices después de tantos kilómetros, nos obligó a secar las lagrimas y seguir. Luego del horroroso túnel después de la plaza Venezuela, todo fue lindura y regocijo.
Alli llamé a mi hermano, que estaba en el parque (esperando a nuestro amigo maratonista Carlos Bigott) y le dije : lo hice! lo caminé! creo que ninguno de los dos estaba muy seguro de que eso fuera verdad, pero lo era.
Sólo faltaba 1 km, un solo kilómetro después de 20, ya parecía que mis pies se habían roto, mis rodillas crujían, no me quedaba agua ni caramelos, y los muslos andaban solos. Pero estaba mi grupo con unos gritos, como si yo fuera la primera, la que va a romper la cinta, me decían lo Lograste y fui feliz!
En serio lo había hecho faltaba solo los últimos e interminables 800 mts. y después los 21 Km.
Llegué a la meta 4 hrs después, y para mi sorpresa estaba llena de energía, brincaba y reía sin parar, gritaba y gritaba que lo había hecho. Me sentí la persona mas poderosa del universo.
No tenia ni pizca de entrenamiento, llegué de ultima, pero yo siento que gané. Y en efecto gané, le gané a la Felicidad que creía que no iba a poder pasar del km 14 y a la que aseguró que se moría en el 18.
Puedo hacer cualquier cosa, si caminé 21 km!!
Han pasado 9 meses de eso, sigo entrenando, ye hecho varios kms desde entonces, incluida una media maratón en Margarita, 32 min menos esta vez. Faltan 3 meses exactos para la CAF 2014, tengo mi meta, mi entrenamiento, mis nervios, pero nunca olvidaré esa primera vez que cruce la meta.!!
Gracias por leer!
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